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Deja crecer las adelfas, Amargo.

Por Melissa Cornejo

Las adelfas de mi patio.

Corazón de almendra amarga,

Amargo.

Existe una frase repetida hasta el cansancio que reza: ‘’escribimos para contar cosas.’’ Yo agregaría que al contar cosas nos estamos contando cosas nosotros mismos, estamos desenmarañando las historias que nos mueven y nos inquietan, y que no podemos terminar de asimilar sino mediante la palabra escrita.

La vida y obra de Federico García Lorca no podría terminar de entenderse sin la presencia de un personaje que lo acompaña en distintos momentos como una sombra, que a pesar de su peso y oscuridad es capaz de arrojar luz.

El Amargo, personaje descrito por el mismo Lorca como el ángel de la muerte y la desesperanza, hace su primera aparición en Poema del cante jondo, en 1921. En Diálogo del Amargo encontramos un par de guiños muy reveladores, como la discusión que sostiene con el Jinete que gira en torno a cuchillos, los cuales, desde la mirada psicoanalítica tienen una carga erótica que trae a la mente la penetración. Y si miramos más de cerca, hay un pasaje que hace hincapié en que los cuchillos fabricados por la familia del jinete ‘’entran buscando el sitio de más calor y allí se paran’’, lo que podría hacernos pensar en el corazón, pero también en la penetración anal.

Es en esta obra que también podemos encontrar la carga erótica de dos hombres solos en la carretera, dos hombres a solas en la noche, dos hombres que han perdido el rumbo. En la mayoría de los intercambios encontramos una especie de coqueteo velado entre el Amargo y el Jinete. El primero contesta con hosquedad e ironía en diversos momentos, como haciéndose el desentendido cuando el Jinete le hace alguna insinuación o lo invita abiertamente a subirse a su caballo. En cuanto al Jinete, podemos distinguir ciertos avances de coquetería que son seguidos de hostilidad y amenazas de muerte, como si el mismo autor quisiera castigar a su personaje por su propia homosexualidad.

Por otro lado, en Romance del emplazado encontramos figuras que evocan el encuentro erótico entre dos hombres que se bañan en la oscuridad, a escondidas. En esas líneas, Lorca imprime también cierto punitivismo insinuando que la luna que los observa les castiga a través de su reflejo.

‘’Los densos bueyes del agua

embisten a los muchachos

que se bañan en las lunas

de sus cuernos ondulados.’’

Un par de líneas después, el Amargo es emplazado a muerte el 25 de junio. No queda claro quién es la voz que le notifica su muerte, pero podemos adivinar que es el mismo Jinete que lo ha acompañado en otros pasajes, pues las historias se entrelazan como veremos más adelante. ¿El Jinete decide matar a su compañero sexual para expiar la culpa con su sangre? ¿El poeta decide matar a su gran personaje para castigarse a través de él?

‘’El veinticinco de junio

le dijeron a el Amargo:

Ya puedes cortar si gustas

las adelfas de tu patio.

Pinta una cruz en la puerta

y pon tu nombre debajo,

porque cicutas y ortigas

nacerán en tu costado,

y agujas de cal mojada

te morderán los zapatos.’’

¿Qué mensaje se esconde detrás de cortar las adelfas del patio? En la obra de Lorca encontramos elementos que se repiten incansablemente hasta estructurarse como un lenguaje, creando así un propio universo: el universo lorquiano. Entre esos elementos cargados de significado encontramos las adelfas que son utilizadas para ilustrar las distintas fases del amor romántico, que al morir –o en este caso, al ser cortadas- representan el final de una relación. Por otro lado, surge la pregunta: ¿por qué tendría que acercase a cortar las adelfas?, ¿por qué no dejarlas morir de forma natural? Si las adelfas son tóxicas existe el riesgo de que el Amargo se envenene al acercase a cortarlas con sus propias manos. ¿Será un intento de matarlo de forma indirecta porque no es capaz de reunir el valor de quitarle la vida él mismo?

Otros dos elementos muy simbólicos son las cicutas y las ortigas que nacerán en su costado al morir: dos plantas venenosas, pero que en el caso de la primera es usada como analgésico para dolores intratables, y en el caso de la segunda es veneno y antídoto al mismo tiempo. ¿Una muerte apacible la que le ofrece? ¿Crecerán estas en su costado donde clavará su cuchillo de oro? ¿Es su propia mano la que hará que estas florezcan?

Un dato muy interesante sobre el 25 de junio, fecha que parece tener gran peso en esta historia, es que ese mismo día pero de 1983 desapareció del Código Penal Español la condena a muerte por garrote vil. Nadie más será emplazado ese día, Amargo, deja crecer tus adelfas.

Como apunte que es ungüento, les regalo La leyenda del tiempo, álbum en el que Camarón de la Isla les da voz a las letras de Lorca. Entre sus canciones se encuentra El romance del Amargo que cuenta la misma historia por bulerías por soleá.

Son tantas las coincidencias entre las muertes de el Amargo y su creador, que tal parece que Federico García Lorca fue capaz de predecir su propia muerte y decidió dejarlo en sus textos por si no había ningún testigo de su asesinato. Y así fue: ni su cuerpo pudo contar lo que pasó en sus últimas horas de vida antes de ser fusilado.

La madrugada del 18 de agosto de 1936 la muerte emplazó al poeta granadino. Fue fusilado por rojo y por homosexual junto a un olivo como el que aparece en el Diálogo del Amargo. Un olivo como único testigo de la madrugada en la que Federico García Lorca, siete días antes que el Amargo, se tendió a cerrar sus ojos para siempre.

‘’El veinticinco de junio

abrió sus ojos Amargo,

y el veinticinco de agosto

se tendió para cerrarlos.’’

El universo que nos regaló García Lorca es basto y maravilloso, y gracias a la sensibilidad que logra imprimir a sus letras, no hace falta estudiarlo de forma rigurosa para poder disfrutarlo, pues nos permite intuirlo emocional e intelectualmente. A nosotros, sus huérfanos, sólo nos queda esperar que la soledad del poeta haya encontrado por fin descanso igual que la de el Amargo.

‘’Hombres bajaban la calle

para ver al emplazado,

que fijaba sobre el muro

su soledad con descanso.’’

Me despido con una confesión: me gusta pensar que nunca encontraron el cuerpo de Lorca porque, igual que el Amargo, él ya está en la Luna.

‘’La cruz. No llorad ninguna,

El Amargo está en la luna.’’

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