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Tatuajes de tus besos

Por Bruno Rico Gómez

Desde sus inicios, el ser humano, ha logrado agrupar cosas por sus características por lo que si un objeto no es reconocible a simple vista el humano tiende a designarle una marca o diseño gráfico para que pueda caracterizarle.

Este tipo de comportamientos los podemos observar en muchos lugares y objetos, como lo son los productos de limpieza que tienen que ser debidamente señalizados para que no se usen de manera errónea. Otro ejemplo es en la caja de fusibles de los automóviles, que tiene etiquetas en cada uno de los fusibles para que al hacer un servicio al carro sea fácil identificar con el manual que fusibles es el que activa cada sistema del vehículo.

Aunque ahora la mayoría de los tatuajes no son razón para un caso de discriminación, hubo casos en la historia donde se utilizaron para describir a diferentes grupos étnicos lo que hacía más fácil señalarles y así exterminarles. El ejemplo más triste y fatídico de esta conducta fue el holocausto, donde se le tatuaba el número de esclavo a cada judío que entraba a los campos de concentración, de donde afortunadamente fueron liberados al finalizar la segunda guerra mundial.

No solo se usaban como medios de discriminación, sino que los tatuajes también hacían referencia a grupos delictivos. ¿A cuantos de nosotros no nos han dicho que si te tatúas te convertirás en un criminal? Pero esto tiene un origen que se remonta a las prisiones más antiguas del mundo y sobre todo a un continente que fue convertido en el centro penitenciario más grande del planeta. En sus inicios Australia fungía como la cárcel del imperio británico y ahí llegaron a dar los criminales más peligrosos del mundo. Todo cambio cuando en las prisiones fueron a parar los aborígenes australianos que se opusieron a la conquista, similar a lo que paso en la India, por lo que la mayoría de los presos provenían de etnias en las que se acostumbraba el tatuaje.

Pero estamos en la sección de innovación y tecnología, por lo que es necesario poner un poco sobre el desarrollo tecnológico de este gran arte milenario. Las técnicas más antiguas del arte vienen de una de las civilizaciones más conocidas del mundo, la cultura japonesa. En esta técnica se usan agujas muy finas impregnadas de tinta en la punta que después se insertan de manera consecutiva en la piel. La técnica maorí tiene el mismo mecanismo pero se utiliza un pedazo de hueso filoso fijado a una madera que después es golpeada para perforar la piel, la única desventaja es que esta técnica deja estrías en donde se perfora.

Estas dos técnicas son de las más famosas del “handpoke”, o perforación a mano en español, pero como han de suponer son técnicas muy laboriosas y muy cansadas, por lo que la implementación de las máquinas de tatuaje con el tatuador Samuel O`Reilly en 1891 trajo innovación a este arte y logró reducir el tiempo de tatuaje así como el dolor y las infecciones al poder utilizar jeringas esterilizadas. Una de las últimas actualizaciones se dio en el 2000 donde Carson Hill patento la primer maquina neumática de tatuajes, lo que hizo que la maquina vibrara menos y se obtuviera mejor definición en los tatuajes.

“Todos estamos tatuados en nuestras cunas con las creencias de nuestra tribu; El registro puede parecer superficial, pero es indeleble”.

Oliver Wendell Holmes Jr.

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