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La liga

Por Rodrigo Chávez

Mañana es 23 de septiembre y quizá para muchas personas esto no signifique mucho pero dentro de la historia de la resistencia de la represión y de la izquierda el 23 de septiembre es algo histórico. Se cumple un aniversario más del asalto al cuartel de madera que da el nombre a uno de los movimientos comunistas más importantes del país.

Poco sabemos del proceso denominado “guerra sucia” que encumbró al país en la década de los 70´s y 80´s. En las escuelas no revisamos nada al respecto y es que, de algún modo, el Estado no puede asumir en México la violencia y el terrorismo que instauró en esas décadas en el país. La crisis de desapariciones en México comienza precisamente en este periodo y en definitiva esto no es ninguna coincidencia.

Cuando nos situamos en el contexto latinoamericano las décadas de los 70´s y los 80’s fueron décadas de dictaduras, de golpes de Estado y persecución del comunismo como eje fundamental de la estrategía estadounidense a través de la operación cóndor que es el nombre oficial que recibe este proceso de intervenciones en todos los países de latinoamérica incluido, desde luego, México.

Teniendo esto en cuenta podemos ver que en los países en dónde la intervención fue abierta es decir, a través de golpes militares, las víctimas y la sociedad en general tratan de recuperar la memoria histórica y no dan paso al olvido pues, las desapariciones y violaciones a los derechos humanos durante las dictaduras dejaron una herida enorme sobre todo en Chile y Argentina.

Llegamos incluso al punto en el que el proceso de la dictadura chilena y argentina son estudiados en la historia contemporanea desde México y solemos ver como impensable la existencia de escuadrones de desapariciones, centros de tortura o los ínfames vuelos de la muerte, lo tomamos y abordamos como si fuera algo de allá; un problema de ellos. Pero esto no es así, lo único que diferencia estos procesos de dictadura con la guerra sucia es la responsabilidad que los Estados han asumido.

Después de la represión del 2 de octubre en la plaza de las 3 culturas muchos estudiantes que vivieron el movimiento del 68 y que vieron de primera mano la atrocidad de la represión volvieron a sus estados. Un par de ellos, de Sinaloa, al volver a sus estados se encontraron con que la fuerza del Estado tenía sumida a la gente que vivía en su comunidad de manera inaceptable y con su formación ideológica y política aprendida en las aulas y las calles de la ciudad de México iniciaron una guerrilla. La guerrilla de los enfermos.

En Guadalajara existe un vacío en el 68, pareciera que la UAG no estuvo activa y algo hay de razón en ello, el movimiento estudiantil fue altamente reprimido por grupos cercanos al gobierno del Estado. Grupos porriles que conformaban lo que hoy se denomina “grupo UDG”, su flamante operador porril fue Enrique Javier Alfaro. ¿Les suena de algo? Pues es el padre del actual gobernador de Jalisco.

La mano dura del señor Alfaro sofocó las posibilidades de una movilización juvenil en el 68 pero esto no duraría demasiado pues en el año de 1973 en la ciudad de Guadalajara se fundaría la Liga Comunista 23 de septiembre.

El nombre no corresponde a la fecha de su creación pues, el aniversario formal de la liga es el 15 de marzo cuando en la ciudad de Guadalajara algunas guerrillas, sobre todo del norte del país (como los enfermos) se dan cita en la perla tapatía y conforman un frente unido para tratar de responder al terrorismo de Estado instaurada por la Dirección Federal de Seguridad. Al ser parte de la liga algunos de los sobrevivientes al cuartel de Madera de 1965 realizado por el Grupo Popular Guerrillero. Una operación fallida pero que cimentó la base de actuación de la Liga Comunista 23 de septiembre.

Jóvenes criminalizados, una agencia de seguridad encargada de torturar, que implementó la desaparición forzada como un medio de contención insurreccional, que realizó vuelos de la muerte en las costas del golfo y del pacifico, asesinatos extrajudiciales asedios a poblados enteros, violaciones de todo tipo de derechos, eso es lo que por años se ha ocultado bajo el tibio y gris manto de “la guerra fría”.

A 49 años de la creación de la LC23S solo podemos hacer un esfuerzo enorme por no olvidar que todo lo que vemos atroz en el sur del continente lo vivimos hasta no hace mucho tiempo y que en algunos estados es algo que sigue ocurriendo, un esfuerzo por sostener nuestra memoria, por poner atención en el dolor y las grietas abiertas de una sociedad que por primera vez puede comenzar a reconstruirse. A 49 años de la fundación solo me queda por decir “COMUNISMO O BARBARIE”

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