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Un mundo para vivir y construir, reseña de La sesión de Segismundo

Nota Editorial.

La sesión de Segismundo es una inmersión en el caótico mundo pandémico y la concepción de diferentes problemáticas que giran en torno a un eje central, Segismundo. Una sesión de psicoanálisis a través de la cuál acompañamos a 5 personas con vivencias que pueden ser bastante tangibles en una realidad como la mexicana y en las cuales podemos ver reflejados puntos de encuentro internacional por las medidas tomadas en todo el mundo ante la inminente crisis de Covid-19.

Con un refinado pero muy claro tinte de los textos de Calderón de la Barca La sesión de Segismundo nos lleva a cuestionar nuestras concepciones de libertad y sufrimiento a través de sus personajes. Tenemos la historia de una profesora de bachillerato que se enfrenta a la digitalización del aula mientras sobrelleva una situación peligrosa con su pareja y trata de sobrellevar cierta frustración personal por no poder ser madre, esto se complica cuando uno de sus alumnos deja de tener contacto con ella.

Vemos en escena también la vivencia de la pandemia de unx personx queer de 18 años que tiene que enfrentar el confinamiento rodeado de una familia homofobica y la pérdida de sus espacios y desarrollo individual, una vuelta no deseada al closet y un rompimiento amoroso que debe ser llevado en silencio pues la vigilancia de un mundo hostil y violento no son negociables en ese espacio.

Una enfermera nos relata las complejidades de su realidad y cómo es que la pandemia para ella no significó un confinamiento sino la necesidad de salir a tratar de realizar su labor, la desesperación del desconocimiento de la enfermedad y la alta frustración de no poder salvar la vida de sus pacientes, todo esto la lleva a un síndrome de burnout que termina con su matrimonio después de una noche en la que se ejercicio profesional se ve atravesado por una cuestión familiar.

Una joven de 18 años que por las condiciones económicas tiene que confinarse junto con  un gran número de familiares y que además enfrenta la terrible, pero tristemente común, situación de la violencia sexual y el proceso jurídico así como el estigma familiar que conlleva.

La última persona en la sesión es una jóven teatrera que privada de su ejercicio profesional y viéndose superada por la precariedad económica trata de sobrevivir a través de algunos trabajos que la ponen en riesgo, opta por endeudarse para lograr sobrevivir pero además vive el duelo de haber perdido a su hermano, quien fuera el único miembro de su familia que pudiera ayudarla a sostener la esperanza.

La sesión de Segismundo es un diálogo entre el dolor y la desesperanza que individualizamos pero que al mismo tiempo podemos encontrar como reconocible en el dolor de los demás, un retrato del dolor del mundo en el que vivimos con el firme halo de esperanza de que hay ahí afuera gente que aunque no del mismo modo siente un dolor y que está dispuesta a ayudarnos a sobrellevar la penumbra.

La sesión de Segismundo inició temporada el pasado viernes y estará en cartelera los viernes hasta el 27 de mayo en el foro Bellescene, ubicado en Zempoala 90, en la alcaldía Benito Juarez. La entrada tiene un costo de $300 y desde Revista Columnas aseguramos que el esfuerzo de Orpheus Teatro como de cada una de las actrices y actores son un trabajo disfrutable que nos mantuvo al borde de las lágrimas recordando lo difícil que fue el confinamiento. Invitamos a los lectores a darse la oportunidad de conocer y reconocerse en esta increíble obra.

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