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Ideología sin ideas…

Por Rodrigo Chávez

El neoliberalismo es un sistema que trata de enajenar al individuo de manera constante, no sólo al trabajo asalariado sino al consumo de los bienes producidos por los mismos individuos; en otras palabras, el neoliberalismo se basa en la premisa simple: “produce para consumir y consume para que la producción no se detenga”.

Pero, en sentido en que un modelo existe debe existir entonces un sustento ideológico que pueda ofrecer a propios y extraños los objetivos que persigue, la manera en que ha ganado el lugar que ostenta y sobre todo una defensa ante los ataques ideológicos de la contraparte.

Curiosamente, el neoliberalismo no ostenta una base social, no cuenta con legitimidad suficiente para establecerse en pie, ni siquiera los autodenominados neoliberales logran explicar su ideología. Llegamos al absurdo en el que no sólo hay ausencia de, sino desprecio a; a 30 años de desmantelamiento de las Instituciones históricas y estatales. 

La palabra ideología causa cierta incomodidad entre los impulsores del neoliberalismo, es como si ellos no tuvieran en sí mismos ideología, como si su modelo económico proviniera del vacío y se dirigiera a un abismo dentro de la misma nada. Los sujetos sociales han renunciado a sentipensar, porque sentir se limitó a la reacción por conseguir bienes y servicios, y pensar se redujo a masticar un discurso incapaz de analizarse sin ser enjuiciado socialmente y denominado como “socialista”, o simplemente ser desacreditado por “soñador” o por cualquier adjetivo que le venga en gana a aquellos que, en su gran mayoría, no logran concebir el mundo sin el control absoluto e irrenunciable del mercado.

La ideología del neoliberalismo, a diferencia del capitalismo clásico, no reside en la fuerza del Estado nación, tampoco reside en el soberano ni en la acumulación de riquezas, no recae ni siquiera en el control político o militar de las naciones; la ideología del neoliberalismo no proviene de ningún elemento del capital, ni tampoco social… simplemente no proviene.

La liquidez de la sociedad occidental posmoderna nos exige una completa impermanencia, un consumo constante y un desecho habitual. Bajo estas normas de comportamiento, la ideología representa un problema al modelo de vida aspiracional que cimenta el neoliberalismo, la ideología sirve como ancla para dirigir y regir nuestras vidas; sin ideología no se pueden mantener los límites morales y éticos, sin ideología el ser humano no tiene un rumbo claro y fijo al cual dirigirse, quizá por eso el neoliberalismo sustenta todo su esquema ideológico en no tener ideas.

Cambiar las ideas por los productos terminará, a la postre, cambiando la ideología por las tiendas, la ética por los accesorios y la moral por una black card.

El fallo de la izquierda en su momento fue ver como débil al neoliberalismo por no contar con una ideología, cuando este rasgo es justo lo que lo hace tan difícil de desarraigar de la sociedad actual.

¿Cómo convencemos a alguien de que su interpretación no es apropiada si no puede ni siquiera identificar una idea sobre la que erige su manera de sobrellevar la vida?

Renunciar a las ideas sobre nuestra concepción nos ha enfrascado en debates sin sentido. El desprecio de los elementos fundamentales de la política nos trajo a una sociedad apática al servicio público y reacia a los actores del mismo.

Ésta lógica del modelo económico, en la que nadie necesita pensar, nos ha llevado a confiar en los mitos de lo <apolítico>, pero recientemente muchas personas se han dado cuenta de que la apolicidad no es una realidad; el odio irracional a AMLO no es, en realidad, a su persona, sino a su lugar en el espectro político.

De pronto la oposición mexicana se ve enfrentada a deshacerse de su idea de lo indiferente y obligada a asumirse dentro del espectro político, pero el autodesprecio a la ideología hace que caigan en un lugar oscuro en el que asumirse como apolíticos es ridículo, pero adoptar una ideología requeriría tiempo para estudiarla y replicarlo, y no están dispuestos a eso. 

Pero siempre hay una salida fácil, escuchar a los llamados "intelectuales" de las ideologías, en este caso serían Ricardo O'farril, Chumel Torres, Sofía Niño de Rivera y algunos otros "comediantes" que fueron vendidos como apolíticos pero que siempre han estado allegados al panismo.

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