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Las amistad como extensión del autocuidado

Elsa Flores 

Venimos de unos años difíciles en casa, estos últimos meses han representado una nueva forma de vivir el mundo post pandémico dándonos la oportunidad de experimentar, otra vez, esa intimidad con las personas, pero también con la nueva normalidad nos encontramos que el ritmo de vida se mantiene acelerado allá afuera; corremos para llegar al trabajo, batallamos con entrar en el transporte público y en la noche estamos tan cansadas que caemos rendidas. Al principio esta columna iba a ser sobre como con la nueva normalidad hemos ido perdiendo el autocuidado que realizamos en la pandemia, pero al reflexionar encontré que el saber relacionarnos hace que en esta vida tan rápida logremos tener espacias donde procurar nuestra salud mental, física, etc. en pro de nuestra calidad de vida.

Pienso en que quienes me dieron algún respiro, se sentaron a escuchar mi desahogo, acompañaron en procesos y lloré por un corazón perdido siempre han sido mis amigas,  aunque cuando recién las estaba conociendo jamás imaginé que llegaran a convertirse en hogar.  ¿Cómo se relaciona esto con el autocuidado? Aprendimos en la pandemia a tener que comunicarnos porque nuestras via de desestres como jóvenes adultos estaban cerradas y muy limitadas, cambiamos mucho, tuvimos que poner en práctica la asertividad para abrirnos con esas personas y no pasar solos todo lo que conllevaba el encierro, esta nueva forma de vincularnos forma parte del autocuidado porque es la aceptación de nuestra vulnerabilidad con un entorno hostil que tiene por lema ‘‘la supervivencia del más fuerte’’.

Muchos de nuestros vínculos se volvieron más profundos, más fuertes y sinceros, por otro lado unos terminaron por diversas razones, esto no quiere decir que hayan sido erróneas sino que nuestra identidad estaba cambiando, procuramos nuestro centro, nuestra individualidad. Según la OMS el autocuidado es: "la capacidad de individuos, familias y comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidad con o sin el apoyo de un proveedor de atención médica". 

Durante estos años pasados, las personas que tuvimos el privilegio de mantenernos en casa tuvimos que poner en práctica algunas medidas simples que nos dieran un respiro que después nos marcó de por vida. Esta nueva versión de nosotras está siendo llevada a los espacios públicos ahora que están abiertos, ampliando las redes de apoyo con las que contábamos, volviendo un autocuidado colectivo, o de acuerdo con la OMS un autocuidado en las comunidades. 

No podemos negar que el ser humano es un ser social por naturaleza, sobre todo las mujeres. Por socialización cargamos con el trabajo de cuidados, tenemos a nuestras madre que se queda platicando en la calle con alguna vecina cuando se encuentran o somos nosotras quienes hablamos con las señoras del mercado, ninguna de estas acciones significa una responsabilidad pero vive en nosotras el saber empatizar con nuestro entorno. La amistad, por otro lado, sí tiene implicación sobre los cuidados que a diferencia de cuando es realizado con varones, con mujeres es recíproco y consensuado, por lo que no se podría hablar ya de un trabajo de cuidado sino amor. 

¿Quién nos enseño amar de esta forma? Tal vez la abuela que cantaba por la casa mientras hacía la limpieza y te lanzaba una mirada de complicidad, la madre que sin que tu se lo dijeras formaba caminos en la espalda en forma de cariñitos, la hermana que te despertaba porque el desayuno ya estaba listo y no te dejaba sola, tal vez este amor que vive entre las mujeres es solo nuestro, es nuestra forma de querernos vivas y libres. Cuando este amor sale de la familia y llega a las amigas no vamos solas, detrás nuestro van todas aquellas mujeres en nuestra vida. 

Las amigas son una extensión del autocuidado porque no podemos ser conscientes todo el tiempo de lo que sucede en nuestra vida, en ocasiones no nos damos cuenta de que estamos trabajando mucho, estamos durmiendo mal, comiendo menos, en una relación violenta, pero las amigas surgen como parte nuestra, de nuestro subconsciente para decirte todo lo que te esta dañando, resultan ser ese amor propio que nos da fuerzas. 

Es normal que a lo largo de la vida nos encontremos con diversos tipos de amistades y no todas sean parte del autocuidado pero sí es importante saber quienes son esas personas con quien nuestra alma conecta de forma sincera para poder trascender los senderos del individualismo. Sin embargo, agradecer nuestras amistades forma parte de quitarnos la venda de la normalidad ya que existen muchas personas que no poseen este privilegio (la amistad sí es un privilegio) y son absorbidos por estas estructuras de poder para la extracción de valor, por eso la importancia de politizar nuestras amistades y redes de apoyo para sostener la vida.

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