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Difusión y cohesión

PorAnkaret Aklfaro

No me voy a poner a explicar y deshilar todo el caso de Debahni, que en el intento de viralizar el caso para meter presión para localizarla, pasó a ser otro show mediático tanto para los medios masivos, como para cualquiera que logró aprovecharse de cualquier forma de toda la confusa información, esto incluye desde “periodistas”, influencers o cualquier activista queriéndose hacer el reflexivo intelectualoide. También me voy a saltar, pero poniéndolo sobre la mesa para su pertinente reflexión, el hecho de (que de nuevo) las feministas de la CDMX, quisieron hacer del caso lo que quisieron sin ponerse a analizar que la experiencia de vivir aquí y en Nuevo León es sumamente diferente, y que nos atraviesan cosas completamente diferentes, y por lo tanto, los feminicidios también son atravesados y perpetrados por otras violencias.

A lo que voy, es a lo que nos corresponde como feministas: es bien lamentable que no sepamos mantenernos responsables durante el trabajo de difusión de este tipo de casos, hay que tener bien claro, que al difundir la ficha de desaparición de una persona, nos obliga a seguir informando sobre cualquier cambio en la información, así como informar si ya fue localizada; en ese sentido, también debemos guardarnos cualquier tipo de reflexión a la que -creamos- que tenemos derecho. Aún no encontraban a Debanhi y ya habían hecho mil reflexiones intelectualoidas sobre las amigas, sobre la familia, sobre la fiesta, sobre la revictimización: sin darse cuenta que únicamente saturan las redes con ese tipo de información, ocultando la que verdaderamente importa en esos momentos, que es todo lo relacionado al avance o estancamiento del proceso de búsqueda y los informes de la familia y de la fiscalía. No por nada los casos más virales son los más problemáticos en cuanto a la veracidad que leemos en medios y redes, esta viralización debería ser únicamente para apoyar a presionar y que los padres encuentren a tiempo y con vida a sus hijas, no para que nos creamos detectives o dueñas de la verdad y moral universal.

Compañeras, es irrespetuoso que concluyamos mil cosas antes de leer información dada por la fiscalía o la familia, es irrespetuoso, egoísta, e inaceptable que queramos protagonizar este tipo de cosas llenando las redes con el hashtag de “justicia por *nombre de la víctima*”, mientras adjuntamos una imagen con una frase estúpida, protagónica y romántica respecto a las desapariciones y los feminicidios. Y más egoísta aún, querernos aprovechar para pintar en twitter con hilos estúpidos e impertinentes.

No compañera, no te voy a buscar en las estrellas, ni voy a imaginarme que vas a ser la próxima, eso no nos sirve de absolutamente nada, la realidad que vivimos es suficiente para empatizar, es suficiente para querer cuidarnos.  

Es bien importante mantenernos responsables y aprendernos a cohesionar para lograr mantener viva y a flote la información importante en tiempo inmediato, para lograr detectar y descartar a quienes quieran colar información falsa, a quienes se quieran colgar o a quienes simplemente pretendan entorpecer el proceso de búsqueda y la información. Y el trabajo también es seguirnos cuestionando, y buscando otras formas organizativas, que como he mencionado en otras ocasiones, pareciera que nuestras tácticas se nos están agotando.

Con esto en ningún momento pretendo culpar a nadie más del nulo trabajo de la fiscalía, eso es incuestionable, no hizo su trabajo y punto. Lo único que quiero es invitar a la reflexión de nuestro trabajo de difusión y la responsabilidad que eso conlleva.

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