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AMLO contra los migrantes

por Ángel Estrada

El gobierno de Andrés Manuel ha olvidado el discurso de la izquierda progresista que protege a los migrantes, para someterse a las exigencias y políticas xenófobas del gobierno de Donald Trump.

Aunque en el discurso diga que no, el presidente de México está actuando como actúan los autoritarios, al menos en el tema migratorio. Aunque diga que el objetivo es lograr una migración ordenada, donde se sepa el nombre de quienes cruzan la frontera sur para garantizarles mayor seguridad a su paso por nuestro país, en la práctica se utiliza a la Guardia Nacional para reprimir a centroamericanos con violencia.

Y no es una exageración; la GN fue creada como un intento de garantizar la seguridad de la población mexicana, en un contexto donde la violencia se ha vuelto el pan de cada día. No fue creada, pues, para ser policía migratoria, ni para atacar con piedras, palos y gases a quienes no hacen más que querer huir de la cruel realidad en la que viven dentro de sus países de origen.

Algo que llena de pena es escuchar a un gran número de personas dentro de nuestro país defendiendo estas acciones emprendidas por el Gobierno Federal, lo que confirma que la sociedad mexicana guarda un profundo racismo, clasismo y xenofobia, o que está dispuesta a dejar de lado sus ideales más profundos para defender los haceres de un líder. Y es aún peor cuando sabemos que durante toda la historia de México, millones de ciudadanos han emprendido un auténtico viacrusis buscando mejores oportunidades en Estados Unidos, arriesgando su vida y cargando con una pesada cruz de indiferencia y olvido que el Estado les puso a cuestas.

Desde luego muchos no volvieron a casa: muchos murieron ahogando sus sueños en el Río Bravo, a muchos se los arrebató una bala de grupos criminales o policías migratorios, muchos sintieron aquellos sueños evaporarse por sol del desierto, y otros muchos tan solo desaparecieron.

Y por ello mismo, por el dolor que miles de familias mexicanas han vivido al despedirse de un ser querido para quizá jamás verle de nuevo, al menos yo esperaría más empatía y menos odio de su parte.

La migración es un derecho, y como tal debe ser respetado.

Y si el verdadero objetivo, como dicen el presidente López Obrador y las dependencias correspondientes, es lograr una migración ordenada, entonces el primer camino no es usar la fuerza para detener su paso (como se ha hecho hasta ahora), sino diseñar mecanismos plenamente funcionales que permitan una amplia protección de estas personas durante todo su paso por el territorio nacional, facilitarles atención médica e higiénica, alimento y seguridad, etc.

La Bestia, el conocido tren al que muchos migrantes montan para cruzar por México de sur a norte, responsable de muchas muertes y mutilaciones, debe quedar como un medio de transporte obsoleto y aspirar a tener medios de transporte seguros para evitar más pérdidas humanas.

Y desde luego que la respuesta número uno ante el fenómeno migratorio es y siempre debe ser apostar al desarrollo económico en México y Centroamérica. He de reconocer que Andrés Manuel ha hecho bien en asignar una parte del presupuesto para apoyar a los países de esta región, pero sus acciones se evidencian como incongruentes cuando actúa como lo han hecho los presidentes estadounidenses contra los migrantes mexicanos todo el tiempo.

En tanto se mantengan altos niveles de pobreza en México y los países centroamericanos, la migración de personas seguirá siendo mayúscula. Y solo hasta que, como dice AMLO, la migración sea opcional y no por necesidad, entonces las acciones deben ser de un eterno acompañamiento a nuestros hermanos que cruzan por nuestro país, y no de hostigamiento, como ha sido hasta ahora.

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